¡Aquí estamos de nuevo!
Septiembre llegó por fin con nuevos eventos en los que soñar, con los que aprender y disfrutar. Para hoy os traigo un enlace "de última hora". Encargos con los que te sorprenden dos o tres semanas antes pero que vives con la misma ilusión y entrega. Este es el caso de la boda de Iván y Cristina: se comprometieron en marzo y ¿para qué iban a esperar mas? Fijaron la fecha para este mismo septiembre. Con calma buscaron el sitio perfecto y tras disfrutar de las vacaciones de verano fue el turno de encontrar al fotógrafo perfecto. Así que con muy poquito tiempo nos citamos, nos conocimos, me contaron su historia de amor, sus planes y los preparativos de la boda. Querían contar conmigo para dejar constancia de su gran día con imágenes en el recuerdo y yo quería contar con ellos para una nueva y emocionante aventura. Cada boda, cada pareja, cada familia es un nuevo reto único y apasionante.
Ceremonia y celebración serían en el mismo sitio, en La Alquería de Santa Eufemia, en Tomares y me encantaba la idea. Ya había ido antes como invitada y estaba deseando tener la oportunidad de fotografiar una hacienda tan bonita y con tantísimas posibilidades.
9 de septiembre del 2017. Sonaba Mark Knopfler. Pasaban unos minutos de las 8 de la tarde y llegó Iván. Elegante y único, acompañado por una madrina espectacular: su hermana, y abrumado por tanta gente conocida, impaciente por verlos. ¿Quién me va a prestar atención a mí? Evidentemente se equivocaba...
Tras una breve espera, que se hizo eterna, volvió a sonar la música para recibir a Cristina. Su sonrisa emocionaba, estaba feliz. Con mucha complicidad, de la mano de su hermana, la otra madrina, recorrió los últimos pasos que la separaban de un nerviosísimo Iván.
"Darling don't be afraid I have loved you
For a thousand years
I'll love you for a thousand more"
For a thousand years
I'll love you for a thousand more"
Su amiga Eva recordó cómo había sido su historia de amor cuando hace 5 años se conocieron, se unieron a través de la ceremonia de la arena, intercambiaron los anillos y pronunciaron un tímido "Sí, quiero". También quisieron agradecer a todos los que estaban allí, con ellos, por ellos y por su amor.
Y, por fin, fuera nervios, a respirar, a bailar, a disfrutar de "Su gran noche" bajo una lluvia de pétalos rojos, acompañados de aplausos, vítores y deseos sinceros de una felicidad infinita.
Cuando contactaron con Sonríe Buttercup! hablamos de realizar un pequeño reportaje con los novios tras la ceremonia. Afortunadamente acordamos posponerlo para otro día, con más calma, con más luz, con más intimidad. Esa noche les apetecía compartir cada minuto con sus invitados, relajarse y disfrutar. Así que lo dejamos aquí y en la próxima entrada os enseñaré una buena muestra del reportaje postboda de Iván y Cristina.
¡Gracias por confiar en mí!
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